viernes, 23 de septiembre de 2016

Nacidos de la Bruma

Dos meses sin añadir nada al blog y diez libros por comentar (que me he leído este verano). 

Primero una trilogía: Nacidos de la Bruma compuesta por El Imperio Final, El Pozo de la Ascensión y El Héroe de las Eras. 

Empiezo por el final, me enganchó desde el principio y me las leí de un tirón. Me quedé bastantes noches hasta las tantas para terminarlas, por lo que os las recomiendo encarecidamente. 

Otra cosa que me ha gustado es que todos los actores de la novela tienen sus propios intereses y puntos de vista. Y que cuando toman una decisión lo hacen en función de eso y de la información que tienen en el momento. El lector sabe más que él porque sabe lo que han hecho y dicho el resto, pero el personaje no. Tomará una decisión acertada o equivocada, pero será en función de su personalidad y de lo que sabe, cree u opina.

Como dicen los gafapastas (1,2...) "ha roto los esquemas del monomito de Campbell". Bueno, ha sido el propio Sanderson el que ha sacado el tema del Sindrome de Campbell y el resto le han seguido.

En la primera de las novelas encontramos a la protagonista a la que que alistan para derrocar el Imperio Final. Durante mil años el imperio ha estado ferreamente gobernado por el Lord Legislador, un poderoso mago que ha impedido la evolución del imperio.

Es interesante el sistema de magia. Los alomanticos, pueden "quemar" metales que les ofrecen la opción de alterar sus capacidades, los ánimos de otras personas, cierta telequinesis, etc. En función del metal y si lo pueden quemar o no. Los Feruquimicos utilizan metales en contacto con su piel en el que pueden almacenar propiedades, fuerza, vista, salud, etc.

 Derrocar un gobierno no es el paso final, hay un impero (o lo que queda de él) que gestionar. Más luego todos los problemas que no conocían porque el anterior gobernante había impedido que surgiesen. En este libro se ve como accedió el Lord Legislador al poder (o se intuye por las pistas que encuentran) y que actuaba por otros motivos que el simple deseo de control.

El mundo se va al garete, parece que las fuerzas que se han desatado van a destruirlo. Los protagonistas luchan a con uñas y dientes para impedirlo. Sorpresas al final.

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